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lunes, mayo 28, 2007

Sobre la teoría de la transformación social (parte 1)

1) Toda acción necesita un sujeto que la realice, y se lleva a cabo en unas determinadas condiciones concretas.

2) Pensar una acción sin pensar en el sujeto que es capaz de realizarla, y sin tener en cuenta las condiciones de realización de esa acción, es fantasear, imaginar. Por el contrario, pensar en un sujeto, en unas condiciones determinadas, realizando una acción, es teorizar.

3) Una teoría consiste en un conjunto de hipótesis relacionadas entre sí. Esas hipótesis deben poder ser contrastadas con hechos concretos, de tal forma que se pueda distinguir si estos las refutan o, por el contrario, parecieran darles la razón. Una hipótesis que no pueda ser contrastada con hechos concretos, es simplemente una conjetura.

4) Si una teoría es contrastada con hechos concretos y refutada por ellos, entonces esa teoría pierde su valor como tal. Si alguien sigue sosteniéndola después de ello, ya no lo hace en tanto teoría sino en tanto dogma.

5) Las fantasías, las conjeturas y los dogmas constituyen la ideología, es decir, el pensamiento separado de la práctica, del mundo de los hechos concretos. El valor de la ideología es únicamente literario y simbólico. Es cierto que puede y suele motivar una conducta real en los individuos, y que en la vida social adquiere una importancia central. Pero en última instancia, nada diferencia sustancialmente a una ideología de las otras, excepto que algunas son ya socialmente aceptadas mientras que otras no.

6) Todo lo dicho anteriormente es igualmente válido para el asunto de la transformación de la sociedad.

7) La sociedad capitalista actual, o bien rechaza las ideologías, o bien está dominada por un conjunto de ellas que no dan cabida a otras. Las ideologías de la transformación social se ven de esta manera rechazadas por la enorme mayoría de las personas.

8) Sólo una minoría de las personas cree en diversas ideologías de la transformación social, y sólo una minoría dentro de ella se las apropia activamente y las difunde.

9) Es aún más minoritario el conjunto de quienes, en cambio, teorizan sobre la transformación social, actúan sobre la práctica en consecuencia con esa teoría y la contrastan con los hechos concretos, modificándola cuando se viera refutada por ellos. Y muchos de ellos lo hacen todavía de forma impura, mezclando teoría con ideología.

10) Tanto las teorías como las ideologías sobre la transformación social, permanecerán recluidas en pequeños grupos de personas, mientras el sujeto y las condiciones concretas de esa transformación no sean visibles para todos. Y no lo van a ser mientras ese sujeto y esas condiciones no se hagan evidentes, irrumpiendo estruendosamente en la vida de las personas. En ese entonces, ya no se tratará tampoco sobre teorizar o fantasear, sino de tomar partido ante sucesos tangibles e inmediatos.

11) La postura de la auto-emancipación social a través de un movimiento de asambleas populares, se vuelve ideológica si no busca su surgimiento únicamente en las condiciones reales y en el sujeto real del mundo actual. Este es el caso de posturas tales como el anarquismo, que establece primero un "mundo ideal" y después busca la forma de encontrar a alguien que lo realice (si se toma esa molestia, porque en la mayoría de los casos, los grupos anarquistas se limitan a difundir los "ideales").

12) La postura bolchevique nunca compartió la perspectiva de la auto-emancipación social a través de un movimiento de asambleas populares, sino que las comprendió como necesarias para hacer factible la dictadura del "Partido Revolucionario" actuando de "representante del proletariado". Esto fue exactamente lo que ocurrió en Rusia en 1917.

De cualquier manera, hasta tanto los partidos bolcheviques no realicen su toma del poder, requieren de las asambleas populares para hacerla posible. Por eso, en la práctica es muy probable encontrarse con grupos bolcheviques estimulando el surgimiento de un movimiento popular y hasta de sus asambleas. Por esta razón, el bolchevismo es una corriente que pretende teorizar sobre ese surgimiento, su sujeto y sus condiciones concretas. Pero lo cierto es que la mayoría de los grupos bolcheviques son incapaces de abandonar las hipótesis que fueron refutadas, que han quedado obsoletas con el paso del tiempo o que resultan falsas en determinados lugares. Muchos de esos grupos inclusive carecen de cualquier interés por la contrastación de las hipótesis con los hechos concretos. Su accionar, por lo tanto, está motivado mayoritariamente por la ideología, y resulta estéril y hasta contraproducente en muchas ocasiones.

Existe inclusive un sector del bolchevismo (que incluye a algunos grupos stalinistas, maoístas, y hasta guevaristas y trotskistas), que en muchos casos resulta enemigo de las asambleas populares, porque pretenden formar movimiento alrededor de sí mismos y de sus diferentes sellos sindicales. Estos grupos saboteadores deben ser considerados como tales y rechazados en todos lados.

13) Demás está decir que muchas otras corrientes proclamadas "de izquierda" (etiqueta que resulta ser más utilizada mientras más ideológico sea su pensamiento, mientras menos se corresponda con una perspectiva real de transformación social, y mientras más interiorizada tenga la lógica espectacular), no comparten para nada la postura de la auto-emancipación a través de un movimiento de asambleas populares, ni siquiera como "mal necesario" para llegar a un dominio de su partido sobre la sociedad. Este es el caso de los diversos "progresismos", "nacionalismos populares" y de las socialdemocracias.

14) En definitiva, la aplastante mayoría de quienes toman partido por una transformación social no contribuye en nada a la teorización sobre la auto-emancipación, y su actuación en la práctica en muchos casos se corresponde con esa ausencia o petrificación teórica, resultando inconducente y hasta contraproducente.

15) El desafío planteado entonces es desarrollar esa teoría y la intervención práctica correspondiente.