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viernes, abril 25, 2008

Primero de mayo: una fecha política de lucha de clases


La abstención absoluta en política es imposible; todos los periódicos abstencionistas hacen también política. El quid de la cuestión consiste únicamente en cómo la hacen y qué política hacen. Por lo demás, para nosotros la abstención es imposible. El partido obrero existe ya como partido político en la mayoría de los países. Y no seremos nosotros los que lo destruyamos predicando la abstención. La experiencia de la vida actual, la opresión política a que someten a los obreros los gobiernos existentes, tanto con fines políticos como sociales, les obligan a dedicarse a la política, quiéralo o no. Predicarles la abstención significaría arrojarlos en los brazos de la política burguesa. La abstención es completamente imposible, sobre todo después de la Comuna de París, que ha colocado la acción política del proletariado a la orden del día.

Queremos la abolición de las clases. ¿Cuál es el medio para alcanzarla? La dominación política del proletariado. Y cuando en todas partes se han puesto de acuerdo sobre ello, ¡se nos pide que no nos mezclemos en la política! Todos los abstencionistas se llaman revolucionarios y hasta revolucionarios por excelencia. Pero la revolución es el acto supremo de la política; el que la quiere, debe querer el medio, la acción política que la prepara, que proporciona a los obreros la educación para la revolución y sin la cual los obreros, al día siguiente de la lucha, serán siempre engañados por los Favre y los Pyat. Pero la política a que tiene que dedicarse es la política obrera; el partido obrero no debe constituirse como un apéndice de cualquier partido burgués, sino como un partido independiente, que tiene su objetivo propio, su política propia.

Las libertades políticas, el derecho de reunión y de asociación y la libertad de la prensa: éstas son nuestras armas. Y ¿deberemos cruzarnos de brazos y abstenernos cuando quieran quitárnoslas? Se dice que toda acción política implica el reconocimiento del estado de cosas existente. Pero cuando este estado de cosas nos da medios para luchar contra él, recurrir a ellos no significa reconocer el estado de cosas existente.

Sobre la acción política de la Clase Obrera, Federico Engels, 1871


La mayor diferencia entre el marxismo y el anarquismo fue siempre la cuestión de la acción política de la clase obrera. Este fue el tópico que dividió aguas en la Primera Internacional de 1864: mientras el anarquismo predicaba el abstencionismo, Marx y Engels luchaban por la intervención activa de la clase trabajadora en los asuntos políticos.

Esta disputa recrudeció tras la gloriosa Comuna de París de 1871, llevando a la ruptura de los sectores anarquistas y a la redacción por parte de la AIT de las palabras arriba citadas.

Con este espíritu fue creada en 1889 la Segunda Internacional, continuación de la primera sobre bases más firmes. Esta declaró al primero de mayo Día Internacional del Trabajador, jornada de lucha independiente de la clase obrera, en conmemoración de la lucha por las 8 horas laborales por la que fueron ejecutados los Mártires de Chicago.

Desde aquel momento, el primero de mayo fue tomado como una fecha de gran importancia para toda la tradición socialista revolucionaria. Aún después de la derrota de las grandes oleadas revolucionarias mundiales, de la degeneración burocrática de la URSS, de su caída y de la ofensiva patronal neoliberal, los partidos que se reivindican de la tradición de las Internacionales siguieron realizando actos y actividades en esa fecha para llevar a los trabajadores la memoria viva de sus mejores experiencias históricas. El primero de mayo siempre fue, por lo tanto, una fecha de la vanguardia obrera y popular, una fecha eminentemente política.

Hoy en día, la Argentina está atravesada por una crisis política que tiene su eje en la disputa interburguesa entre el Gobierno nacional y los productores agropecuarios. Esta crisis, lejos de resolverse, tiende a agudizarse, con la renuncia del ministro de economía Martín Losteau y la amenaza de los productores de retomar el lockout y volver a los cortes de ruta.

Ambos bandos en disputa comparten un carácter fuertemente antiobrero, disputándose la renta obtenida de los grandes negocios capitalistas, y por lo tanto, el producto del trabajo de la clase obrera de todo el país.

Los trabajadores no pueden permanecer silenciosos ante esta disputa, porque cualquiera sea el resultado de ella, será la clase obrera la que tendrá que pagar sus costos. Es por esta razón que este primero de mayo, retomando la experiencia de las Internacionales obreras, debe ser una fecha de lucha política, de afirmación de la independencia política de clase.

Ahora bien ¿qué proponen los partidos que se reivindican socialistas revolucionarios?

El PCR maoísta, ni siquiera llama a hacer actividades, concentrado en su acto partidario del 30/4. El MST propone un acto en Congreso... ¡en apoyo a los productores rurales!

Un párrafo aparte merece el P.O., que renegando de todo posicionamiento marxista, llama a convertir la fecha en un acto sindicalista, vaciado de contenido político, en el cual “estén unidos los luchadores”, sin distinciones. Este es claramente un retroceso a posiciones anarquizantes, abstencionistas. No contribuye a hacer avanzar la conciencia política de los trabajadores y el pueblo, sino que intenta “caer simpático” en las estructuras laborales lavando su programa: esto es exactamente a lo que llamamos OPORTUNISMO. No es de ninguna manera algo novedoso en un partido caracterizado por construirse a sí mismo a costa de la destrucción de todo lo que tenga alrededor. Una vez más, su izquierdismo discursivo queda solamente como adorno de una práctica orientada con exclusividad al desarrollo de su aparato.

Por último, dos partidos llaman a realizar un acto levantando la bandera de la independencia política de los trabajadores, el rechazo explícito a ambas variantes patronales en disputa. Estos son el nuevo MAS y el PTS, que convocan en el Obelisco a las 15 hs.

Es ese último sin duda el camino que hay que seguir: el asentamiento de una postura clara, que sirva para hacer avanzar la conciencia de las masas. Para realizar actos sindicales unitarios está todo el resto del año, y organizar actividades unificadas de todos los bastiones de lucha independiente debe ser una tarea prioritaria, pero sin por ello dejar de posicionarse políticamente en las fechas en que es necesario hacerlo.

En realidad, es lógico que el P.O. ponga tanto empeño en realizar un acto de unidad sindical el primero de mayo: durante todo el resto del año saboteó las experiencias de coordinación obrera surgidas de la lucha del Casino, negándose en un primer momento a formar el espacio, llamándolo luego a ser meramente un comité a de apoyo, y finalmente ninguneándolo y llamando a disolverlo. Ahora, cuando lo que se impone es plantar una bandera de independencia política ante la crisis, desvía el eje trayendo de vuelta algo que debería haber impulsado mucho antes, y que en esta fecha particular carece de sentido.


El primero de mayo a las 15 hs ¡todos al obelisco, por la independencia política de los trabajadores! ¡Ni con el gobierno K ni con la Sociedad Rural!